martes, 27 de marzo de 2012

El manual de un asesino (Parte X)


6:50 p.m.
Tras la clásica pregunta sobre a que lugar se dirigía y de haberle proporcionado la dirección de su departamento, el joven hecho la cabeza a la parte trasera del respaldo, era un Volkswagen un tanto traqueado por el uso, pero a pesar de todo muy cómodo.

J: ¡Que bonito Vocho!
C: ¿Verdad joven?, a mucha gente no le gusta este tipo de autos, pero a mi me encantan, por ello me esmero en cuidarlo que se vea de lo mejor.

El joven observo uno de los periódicos que tenia el taxista sobre el asiento de enfrente y pregunto:

J: ¿Y qué dicen las noticias de hoy?
C: Siéndole sincero, hoy en día solo compro el periódico por costumbre, si leo algo es solo los espectaculares, mi trabajo no me permite mucha facilidad de lectura, y es más fácil que los pasajeros lo lean, pero ya no es como antes, a muchos ya no les interesa la lectura, y menos de ese tipo.
J: Ya veo, que mal que en este país se tenga esa cultura.
C: Así es, yo seria feliz si tuviera el tiempo necesario para poder leer aunque sea un periódico en el día, pero ya ve, el trabajo es el trabajo.
J: Pues sí, el trabajo es esencial, pero vamos, uno siempre tiene tiempo para lo que se proponga, más bien es el hecho si uno en verdad quiere hacerlo.
C: Eso sí, ni quien se lo niegue, creo y es más el que yo no quiera que el que no pueda, pero ya habrá tiempo para que lo haga. Si bien alcance a leer me parece que otra vez esta ese asesino serial en portada.
J: ¿Asesino?
C: Sí, ese que ahora esta dejando una marca en sus víctimas.
J: Oh sí, ya se de quien habla, de hecho es la segunda vez que me lo mencionan en el día, es curioso, pareciera que su popularidad esta incrementando.
C: ¿Popularidad?, más bien temor.
J: ¿Temor? Tenía entendido que sus asesinatos no son a cualquiera ¿O me equivoco?
C: Pues si lo pone así, no, en si sus asesinatos pareciera los tuviera ya planeados, y últimamente a atacado a la religión, política y farándula, un extraño trío si me lo pregunta.
J: Sí, extraño, pero eso significa que algo trae entre manos, un humano no se pone a matar gente porque si.
C: Bueno viéndolo así, quizás tenga razón, ¿Es usted psicólogo joven?
J: No, en realidad soy ingeniero, pero amo la lectura y más aquellas novelas policiacas, y ese es un perfil psicológico que para mi no encaja en una persona no cuerda.
C: Oh, ya veo, pues para no ser psicólogo parece tener conocimientos muy buenos respecto a eso.
J: La lectura, mi amigo taxista, te brinda grandes y poderosos conocimientos, no por nada es que la lectura es la mejor arma contra todo.

El joven y el taxista siguieron platicando sobre el asesino, sus planes, sus estrategias, el modo que utilizaba y demás singularidades, el joven se sorprendía de la facilidad de habla y de los conocimientos con los que contaba el taxista, al parecer ver toda la ciudad y cada pasajero nuevo, le podrían brindar la capacidad y el don de tener un muy buen habla, y el joven disfrutaba mucho ese punto.

Por fin llegaron a su destino, el joven pago lo que marcaba el taxímetro y se despidió del taxista, pero antes de entrar le dio curiosidad el porque es que el taxi no se iba, el motor seguía apagado y no se había escuchado que lo encendiera, volteo y vio al taxista hojeando muy alegremente el periódico, el joven volvió a dar la vuelta y así mismo solo dijo "Hay unos que aun pueden salvar la humanidad, y son los que uno menos piensa"

6:20 p.m.
Llego a su hogar y sintió la necesidad de volver a bañarse, al fin y al cabo iba a salir en la noche, lo hizo y al terminar, en lugar de agarrar otro taje confeccionado, tomo uno un tanto nuevo, o eso era lo que aparentaba, en si solo lo había utilizado una vez… la primera vez que asesino.

Se puso el traje y saco solo la foto que en la mañana había tomado del cajón y una pequeña píldora, todo lo demás lo dejo en el otro traje, sintió que aun era muy temprano, y como aun se sentía cansado de la caminata decidió acostarse, puso su alarma a las nueve, cerró todas las cortinas y se acostó en su cama.

9:20 p.m.
El joven ya había levantado y el traje portaba, tenía la tele en el canal de las noticias y precisamente estaba una noticia acerca del asesino "Valla" se dijo a si mismo " Espero y la fama no se me suba a la cabeza", dio una sonrisa cínica, tomo las llaves del coche y bajo al sótano del edificio, que era donde se encontraba el suyo, nunca había sido de su agrado el conducir, pero no era muy seguido ir a media noche con una dama a lado por la ciudad, así que bajo, encendio el coche y salió por el portón.

10:20 p.m.
El tráfico era terrible, y no era para menos, todo mundo por fin había salido de su trabajo, y las primeras fiestas del fin de semana estaban por comenzar. En uno de los tantos semáforos en los que se tuvo que parar, vio a una niñita vendiendo unas rosas artificiales muy lindas y decidió comprar dos, una roja y una negra, ya que no había preparado ningún presente para su cita nocturna.