11:00
a.m.
El
joven se ha levantado, parece algo confiado, como si supiera que estaba
planeado para su día, acude a su cocina y decide prepararse algo ligero para su
tardío desayuno, el cocinar nunca había sido un conflicto para el, lo era el
tener las ganas se hacerlo.
11:30
a.m.
El
joven se ha dispuesto a ducharse, la noche pasada fue muy pesada y al arribar a
su hogar solo pensó en llegar y dormir, y así fue, no hubo tiempo para algo
más.
11:45
a.m.
Toma
un traje de los que acaba de comprar, confeccionados a la medida de su figura,
con una singular excepción, un sin fin de bolsillos muy discretos, los cuales
le ayudarían a esconder toda evidencia.
12:00
p.m.
Prende
el televisor en las noticias del meridiano, toma su celular y descarga de su
Mail aquellos artículos que le quedaban por leer.
12:20
p.m.
Fue
guardando todo en los bolsillos de su traje, el celular, la cartera, unas
tarjetas, una fina navaja, unos guantes de látex, un pañuelo y al ultimo una
reluciente bereta, era sorprendente como todo lo que iba poniendo en sus
bolsillos se ocultaba tan bien, la pistola estaba en una funda que se adecuaba
al traje, en el costado derecho un tanto hacia tras, todo estaba listo, solo
faltaba chocar los últimos detalles.
12:40
p.m.
El
joven fue hacia su escritorio, abrió uno de los tantos cajones y al presionar
un botón muy bien disimulado un pequeño compartimiento se abrió, de ahí saco
una foto que a diferencia de las demás, el joven la guardaba ahí para
disimular, la saco y la guardo. Con cuidado dejando las otras fotos de marcas
ensangrentadas de nuevo olvidadas.
1:00
p.m.
El
día estaba cómodo, cuando salió a la calle, le brinco un resplandeciente rayo
de sol acompañado de una fresca brisa que le alzo las puntas del traje, un día
hermoso sin duda, o al menos el así lo creía ya que por paso que daba veía
gente exaltada, gritando, corriendo, empujándose, tirándose, todo un caos en un
día tan lindo, "Estúpida humanidad" pensó mientras seguía su camino.
2:00
p.m.
El
desayuno ya había pasado, pero era la hora perfecta para comer, especialmente
para el, una persona realmente ocupada.
2:15
p.m.
Esa
fonda donde acostumbraban a comer su tutor y él se encontraba abierta, y con el
clásico menú a la vista de todos, se encontraba al fondo de una calle pasando
la estación del metro San Cosme, no era la gran cosa, en si no tenía mucho que
la habían cerrado para hacerle unas pequeñas remodelaciones, por ellos sorpresa
de que estuviese abierto. Paso y tomo asiento, a pesar de que el menú estaba
escrito en un pizarrón afuera, ellos simplemente pasaban ya que la mesera que
comúnmente los atendía les dictaba de nuevo el menú, aunque al parecer hasta
las meseras habían cambiado.
2:35
p.m.
La
nueva mesera había servido la entrada, el joven comía de su sopa mientras leía
su recopilación de artículos en su celular. Al traer el plato fuerte la mesera,
el joven dejo su celular con un articulo visible, a lo cual la mesera con
especial curiosidad checo; "¿Usted cree qué sea tan grave?", el joven
un tanto asombrado por su pregunta hecho un vistazo a lo que la muchacha había
visto, era un publicación que hablaba sobre lo complicado que seria si el
asesino en serie que atentaba en nuestro país entrara en la mente de los demás,
provocando no solo a una persona peligrosa, si no a uno igual en todo el
mundo, "El problema aquí es que
ellos lo ven como un simple psicópata que mata por gusto", sorprendida
mientras serbia el agua la mesera volvió a hacer una pregunta, "¿Entonces
usted que cree que es?", "No un qué chiquilla, si no un quién"
respondió el joven mientras hacia un ademan de agradecimiento a la linda chica
que lo atendía, "Yo pienso que el asesino no lo hace por cuestión de
gusto, si bien te das cuenta sus últimos asesinatos no han sido víctimas al
azar, es algo previamente planeado, algo trae en mente y sea lo que sea que
trame, quiere que el mundo entero lo sepa", "wow" dijo la chica
mientras sonría pícaramente, "Ese es un muy interesante punto de
vista".
3:20
p.m.
El
joven había pagado y estaba saliendo del local cuando la mesera le grito,
"¡Joven!, ¡Joven!, ¡Ha olvidado su celular!", el joven retrocedió y
dio media vuelta, agradeció a la mesera y siguió su camino, pero al guardar el
celular en una de las tantas bolsas del traje se dio cuenta de que traía
consigo una pequeña nota, la abrió y leyó, "Me agrado mucho su platica,
espero y no le parezca algo atrevido lo que estoy haciendo, mi nombre es
Sandra, me gustaría poder platicar de nuevo con usted en otra ocasión, le dejo
mi numero y disculpe si lo moleste." el joven sonrió, guardo el numero en
la agenda de su celular, le puso el nombre que ella le dio y doblando
cuidadosamente la nota la guardo dentro de su cartera.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario