domingo, 17 de marzo de 2013

The sound of silence...


Siempre he pensado que el ser una persona solitaria es bueno, que el no tener dependencia de algo o de alguien nos ayuda a ser fuertes en verdad, ya que no nos afecta el estar junto a alguien o el que se separe de nosotros, y sí, a lo largo de los años me he dado cuenta que es cierto, en verdad te ayuda mucho el ser solitario, obviamente si es que tienes la mentalidad para lograrlo, pero al igual que cualquier plan, por perfecto que suene tiene una gran falla.
Hace poco me sucedió algo de cierto modo me afecto, aquellos que me conocen sabrán que no tengo muchos amigos como tal, o que bien mi definición de amigo no es la que comúnmente se da, es fácil decir “amigo” a alguien, de hecho cualquier persona en la calla puede pasar y decirte eso para preguntarte cualquier cosa, pues bien yo defino como amigo a alguna persona que realmente este junto a mí, que me entienda o que me comprenda, por lo que no a cualquiera gusto de decirle de tal modo. Ahora bien esto provoca que como tal no tenga muchos amigos, o en su defecto que no tenga muchos a los que considere amigos como tal. Y bien regresando al primer punto, eso mismo provoca que no tenga mucha gente realmente a mi lado pero o gran error que encontré, en cuanto a la premisa es el hecho de que cuando uno de esos pocos seres que se encuentran a tu lado muchas coas son derrumbadas.
Por poner un ejemplo absurdo, imagina que cada una de esas personas las quieres o las has llegado a apreciar igual que a un familiar cercano, esto significa que como tal, cuando parte o deja de estar a tu lado es una gran pérdida.
A como dije, poco atrás me paso, y realmente lo resentí, hoy de cierto modo tengo temor por que vuelva a pasar, y es algo curioso, no me afecta mucho dejar de ver a alguien, perder o ganar una amistad, pero en ese caso específico lo reciento de más y es algo que en verdad no me gustaría volver a pasar, no si sea igual con su contraparte, pero la verdad no lo quisiera averiguar.

Mis némesis

Es bueno conocerse uno mismo, de este modo sabe uno a que se atiende y que puede o no soportar.

Bien, a lo largo de los años me he dado cuenta que existen dos cosas con las que nunca podré lidiar, de las cuales o más bien por las cueles siempre me surge algún conflicto, y estas son ; la impuntualidad o en su defecto que me dejen plantado y el incumplir una promesa, que si bien casi van ligadas estas dos cosas no precisamente pasan juntas.

Se dice que dejan a uno plantado por la semejanza que existe en la acción con las plantas, la cual es plantarla y dejarla a su disposición, esta es una de las acciones que más me desespera,sé y estoy consciente de que quizás mi tiempo no sea el más valioso, pero sea en lo que sea que lo pueda aprovechar o desperdiciar es decisión mía, y ninguna persona puede intervenir en ello. Por lo tanto el hecho de que alguien llegue tarde o no asista a una cita, par mi y a mi punto de vista, es una grosería y una falta de respeto hacia la persona con la que quedo, debido a que no contempla lo que pudo haber hecho o bien aquello que pudo haber sacrificado por brindar ese tiempo.

Ahora bien, la segunda acción. Si bien no creo ser el único al que en verdad le moleste el que alguien no cumpla una promesa, pareciera que aquellos que lo hacen no tienen idea de que es lo que se siente al estar del otro lado de la moneda. Y al igual que en el caso anterior, no depende sólo de una persona, si no que implica y a carrera más donde se acomuna y se crea un problema, que muy sencillamente se podría haber solucionado diciendo no.

En fin, esas son las cosas que más coraje me produce, y tristemente por mi carácter cuando alguna de olas sucede es cuando mi rencor brota y hago estupideces que no deseo, en fin uno debe aprender a vivir consigo mismo y bueno, esto es lo que soy....

Y te espere


Te espere pensando en que llegarías,
Imaginando que todo lo que prometiste pasaría,
Imaginando que no terminaría en aquel rincón.

Y te espere,
Creyendo que esta vez realmente sería diferente,
Y te espere,
Sabiendo que nunca más podre sacarte de mi mente.

Y heme aquí, viendo el resplandor del vacío,
Viendo el tiempo pasara a mí alrededor,
Y heme aquí, viendo desaparecer aquel crío,
Viendo que nunca más volverás a mí,

Y te espere,
Haciendo cada vez más cómodo ese sillón,
Y te espere,
Derrumbado en que frío y triste rincón.